lundi 26 mai 2014

Mme. Adelaida de Juan à Paris







Doctora en Ciencias del Arte, Profesora Titular y Consultante de Historia
del Arte, y Profesora Emérita de la Universidad de La Habana, así
como Presidenta Fundadora de la Sección Cubana de la Asociación
Internacional de Críticos de Arte (AICA). En 1964 obtuvo el
Premio de Crítica Bibliográfica de Arte otorgado por el Fondo de
Cultura Económica de México. Artículos suyos aparecen en
revistas como La JiribillaCasa de las AméricasUniónBohemia,
GranmaRevolución y CulturaAnales del CaribeAnuario del Centro 
de Estudios Martianos, así como en Art Inf (Argentina), Arte Plural 
de Venezuela (Venezuela), y Arte en Colombia (Colombia).
A ella pertenece el prólogo del libro Escultura y escultores cubanos
de María de los Ángeles Pereira, Ediciones Arte Cubano, 2005;
ha traducido del inglés Arte en España, Portugal y sus colonias,
de George Rubler y Martín Soria, y La necesidad del arte, de Ernest Fisher.
Tiene publicados los libros Caricatura de la República. Editorial
Letras Cubanas, 1982; Más allá de la pintura (1993), José Martí: 
imagen, crítica y mercado de arte, publicado por la Editorial Letras
cubanas en 1999, Del silencio al grito. Mujeres en las artes plásticas
(2002) y Paisaje con figuras (2005), así como Abriendo ventanas,
Editorial Letras Cubanas, 2006.


Lo que Martí dibujó

Adelaida de Juan • La Habana, Cuba


http://www.lajiribilla.cu/articulo/4697/lo-que-marti-dibujo


Imagen: La Jiribilla
Autorretrato de Martí. El original mide apenas 2 cm. de largo.





Lam trae París a La Habana
Adelaida de Juan • La Habana
Fotos: Cortesía de la Asociación Hermanos Saíz





Lam, una silla en la jungla*

Adelaida de Juan • La Habana, Cuba


http://www.lajiribilla.cu/articulo/lam-una-silla-en-la-jungla



Imagen: La Jiribilla
“La silla”







Niemeyer en Niterói
 Adelaida de Juan • La Habana
                                     (En centenario)


http://www.lajiribilla.cu/2008/n350_01/350_10.html


 



Museo de Arte Contemporáneo (MAC) en Niterói



E
xplanada del Museo de Arte Contemporáneo (MAC)



En el MAC, Niemeyer no busca los reflejos dobles. Por el contrario, logra fundir 
en un todo armonioso agua y construcción, laderas montañosas con los 
ángulos del plano inclinado de la construcción, como elementos dialogantes 
de un todo. Los materiales empleados coadyuvan a su propósito: el vidrio 
transparente que rodea las dos plantas del edificio borran las barreras 
constructivas para permitir –diríase provocar– una visión abarcadora del 
exterior bello en su conjunción agua/ladera que se funde con el interior. Este, a 
su vez, está constituido por espacios fluidos (como el agua) apenas 
interrumpidos por elementos sólidos (como las laderas). 
Debo confesar que en las visitas que he podido realizar, en años diferentes, a 
ambos museos, quedé con la impresión de que la experiencia más fuerte 
que había recibido no era precisamente de las obras pictóricas allí expuestas. 
Los interiores diseñados por Gehry, con la abrumadora multiplicidad de 
ángulos y planos fuertes, se tragaban aun las importantes piezas de 
gran formato (pienso en Rauschenberg, Lichtenstein, Warhol, Carl  André, et al.)  
Las armoniosas curvas y el contrapunto espacio interior –exterior que logra 
Niemeyer dan una visión más perdurable que la de los excelentes pintores 
minimalistas allí expuestos. 
Niemeyer escribió, y así aparece en la tarja que está a la entrada de la 
explanada del MAC, que cuando vio por primera vez el sitio en que 
erigiriría el Museo de Arte Contemporáneo en Niterói, comprendió que ese 
ofrecía “la oportunidad de hacer una buena arquitectura”. Sin duda, lo 
ha logrado. Cuando en 1996 se terminaron las obras, había concluido una 
de sus piezas más significativas.  Había plasmado, para nuestro disfrute y 
admiración, lo que vislumbró cuando tan solo era un espacio en las riberas 
de la bahía: “un apoyo central y el museo surgiría en el espacio como una flor”. 

En Río de Janeiro, agosto 2, 2007.
















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